Si estás pensando en hacer una escapada diferente por la provincia de Jaén, apunta este nombre: Mengíbar. Es un pueblo tranquilo, con mucha historia, encanto andaluz y rincones que sorprenden más de lo que uno espera. No es de los destinos más conocidos, y quizá por eso mismo tiene ese aire auténtico que tanto se agradece.
En este artículo te contamos qué ver en Mengíbar, desde los sitios históricos más importantes hasta algunas ideas para hacer planes en pareja y disfrutar de un finde distinto. Porque sí, aunque no lo parezca, este rincón tiene mucho que ofrecer si sabes por dónde mirar.
Un paseo por la historia: de los romanos al Renacimiento
Lo primero que llama la atención cuando llegas a Mengíbar es que aquí la historia está muy viva. Este pueblo tiene raíces romanas y lo puedes notar, sobre todo, en su yacimiento arqueológico de Iliturgi. Aunque queda un poco a las afueras, es una visita muy recomendable si te interesa la historia antigua. Iliturgi fue una ciudad importante durante la Hispania romana, y aunque hoy solo se conservan restos, es fácil imaginar lo que fue en su día.
Ya en el centro del pueblo, uno de los grandes protagonistas es el Palacio de Mengíbar. Este edificio del siglo XVII es todo un símbolo. Se construyó sobre restos romanos (de hecho, parte de sus cimientos todavía conserva elementos de una calzada y unas termas). Hoy está totalmente rehabilitado y funciona como hotel, lo que lo convierte en un sitio ideal si quieres alojarte en un sitio con historia, encanto y mucho gusto. Es el típico lugar donde puedes dormir en una habitación con muros centenarios y desayunar en un patio con arcos de piedra.
Justo al lado, merece la pena ver también la Plaza de la Constitución, que es el centro neurálgico del pueblo. Aquí está el Ayuntamiento, un edificio bonito, sencillo, con fachada blanca y balcones de forja. Es un buen sitio para sentarse en una terraza, tomarte algo y simplemente ver la vida pasar.
Iglesias, torres y otros rincones con encanto
Otro de los imprescindibles que ver en Mengíbar es la iglesia de San Pedro Apóstol, construida entre los siglos XVI y XVII. Tiene una mezcla de estilos, como suele pasar con los edificios religiosos que se fueron levantando por partes. Destaca por su torre y por el retablo interior, que está bastante bien conservado.
Si te gustan las vistas, sube hasta la Torre del Homenaje, que es lo que queda del antiguo castillo medieval. Aunque no es muy alta, desde aquí puedes tener una panorámica bonita del pueblo y del entorno natural que lo rodea, especialmente al atardecer.
No hay que olvidar tampoco el Puente Romano sobre el río Guadalquivir, que aunque ha sido restaurado varias veces, mantiene parte de su estructura original. Es un sitio perfecto para una caminata tranquila al caer la tarde.
Planes románticos en Mengíbar
Aunque Mengíbar no es (aún) un destino famoso por el turismo romántico, tiene todos los ingredientes para una escapada en pareja. De hecho, muchos viajeros lo eligen precisamente por eso: por ser tranquilo, bonito y con alojamientos con mucho encanto.
Una buena idea es alojarte en el Hotel Palacio de Mengíbar, donde puedes reservar una habitación especial o incluso disfrutar de su spa romano, que está inspirado en las antiguas termas que hubo en el lugar. Es ideal para relajarse después de un día de paseo.
Después, puedes salir a cenar en alguno de los restaurantes del centro. Hay sitios donde se come muy bien, con cocina típica jienense (aceite de oliva virgen extra incluido, por supuesto) y menús bastante cuidados. También hay pequeñas tabernas donde puedes pedir unas tapas y disfrutar del ambiente local, sin prisas.
Si os gusta el campo, podéis hacer alguna ruta de senderismo ligera por los alrededores. El paisaje está lleno de olivares, colinas suaves y caminos rurales que invitan a perderse un rato. No hace falta ser un experto en montaña para disfrutar del entorno. Llevar algo de picnic y parar en algún rincón con vistas también puede ser un buen plan.
Y si sois de los que buscáis fotos bonitas para el recuerdo, os recomendamos dar una vuelta por la zona del puente y el río al atardecer, o volver a la plaza del pueblo iluminada de noche, con un ambiente muy tranquilo y acogedor.
Mengíbar, un lugar para descubrir sin prisas
En resumen, si te preguntas qué ver en Mengíbar, la respuesta es: más de lo que imaginas. No es un lugar de turismo masivo ni tiene grandes monumentos famosos, pero sí guarda historia, rincones con alma y una calma que muchos viajeros valoran cada vez más.
Es un sitio perfecto para una escapada corta, sobre todo si vienes desde ciudades como Jaén, Granada o Córdoba. Aquí no hace falta planear mucho: basta con dejarse llevar, pasear, comer bien y disfrutar del ambiente.
Para cerrar el día con buen sabor, el Hotel Palacio de Mengíbar es perfecto: encanto histórico, spa, buena comida y todo pensado para una escapada tranquila y especial.
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